Más allá de la etiqueta RFID: los verdaderos impulsores del ROI

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Más allá de la etiqueta RFID

Continuando con nuestro artículo anterior, comenta que en estos años me han enseñado que cuando uno rasca debajo de la superficie, descubre que el ROI del #RFID no nace de cambiar una etiqueta en sí, sino de cómo cambia la operativa. Es un fenómeno curioso: lo que más impacto económico genera no es el chip, el identificador digital (EPC) o la antena, sino todo lo que ocurre alrededor del dato en tiempo real, pasando a ser una herramienta que sincroniza personas, procesos y decisiones.

En la práctica, el ROI llega por tres grandes vías que casi nunca se mencionan en los informes financieros: hablamos de su precisión, su velocidad y su capacidad de integración:

 

  1. La precisión es el primer motor: sustituye lecturas manuales por lecturas automáticas; desaparecen los errores que llevaban años justificándose como cosas del almacén: picking equivocado, ubicaciones duplicadas, mercancía fantasma, roturas de stock que no existían. El #RFID no hace milagros, solo elimina un porcentaje elevado de fallos diarios para devolver en ahorro de tiempo y errores la moral al equipo logístico.
  2. La velocidad es el segundo motor y probablemente el que más subestimamos a la hora de implementar la tecnología #RFID. Cuando un inventario pasa de tardar semanas a minutos, no solo ahorras horas-hombre, sino que también desbloqueas decisiones que antes no se podían tomar porque no había dato en el momento adecuado. Y en logística, reaccionar a tiempo vale más que el precio de cualquier sensor. Lo he visto tantas veces que ya es un patrón: donde hay inventarios lentos, hay operaciones y logística inversa caras.
  3. El tercer motor —y el más determinante— es la integración. Ahí es donde realmente se gana dinero, cada etiqueta #RFID que alimenta un ERP, un WMS o una plataforma IoT, convierte en acción en tiempo real: alertas automáticas, movimientos confirmados, entradas y salidas sincronizadas, pedidos validados sin intervención humana, consumos imputados sin perseguir papeles.

 

Ese es el punto exacto en el que el ROI se vuelve visible. Cuando la RFID deja de ser un proyecto técnico y se convierte en un flujo operativo, en un engranaje que elimina retrasos, devoluciones, búsquedas eternas y discrepancias entre sistemas.

Por eso insisto tanto en que el ROI no depende del precio de la etiqueta. Depende de cuánto impacto tiene esa etiqueta RFID en tu proceso diario. En cuántas decisiones acelera. En cuántos errores evita. En cuántas tareas automatiza. En cuántos costes silenciosos elimina.

La pregunta es: ¿cuánto vale que tu operación empiece a funcionar sin puntos ciegos?

Por eso, en este bloque no voy a irme a futurismos ni a promesas vacías: me voy a quedar en algo más simple y contrastado en el campo.

1. Reducción de tiempos operativos en expediciones y control de inventario: No quisiera meterme en % porque creo que muchas veces se manipulan las expectativas de nuestros clientes, pero sí puedo opinar de tiempos de lectura y que cada cual saque sus cuentas. Que, si podemos asegurar:

a. Un sensor RFID desplegado en un arco puede registrar más de 200 lecturas por segundo; nuestro récord en un muelle de carga es de 192 productos identificados en una sola lectura.

b. Si hablamos de tablet o PDA, algunos fabricantes hablan de 800 lecturas/segundo. En nuestro caso, nuestros clientes preparan pedidos o expediciones de productos de decenas y centenas de referencias validadas en cada confirmación en el albarán de entrega.

2. Inventarios hasta cientos de veces más rápidos: No es un claim, es un hecho. Pasar de días a minutos no solo ahorra horas-hombre, sino que también permite tomar decisiones que antes eran imposibles en tiempo real. Cada minuto de inventario ahorrado es un margen operativo ganado. Con la ayuda de 5 tablet RFID ha rebajado de semanas a minutos el inventario anual de más de 20000 referencias diferentes y cinco sedes conectadas en España, Alemania, Francia, Reino Unido y EE. UU. de manera simultánea.

3. Eliminación de pérdidas internas (activos, pallets, contenedores): En centros donde los movimientos se registran automáticamente, desaparecen los “bultos extraviados” y las búsquedas eternas. Eso, en una operación del sector automotor, puede suponer miles de euros al mes que simplemente se dejan perder. En Xymbot Ltd. el día de hoy trabajamos en la automatización y el control en tiempo real de muelles de carga de nuestros clientes para que el 100% de los palets sean cargados hacia el destino correcto.

4. Menos reprocesos, menos devoluciones, menos estrés operativo: Los reprocesos son uno de los mayores devoradores de margen en la logística. Reducirlos entre un 20 % y un 40 % tiene un impacto directo en la rentabilidad y en la satisfacción del cliente.

Por eso, cuando hablamos de ROI, ya no hablamos de etiquetas, estándares o dBi; hablamos de algo más básico y tangible: las operaciones que vuelven a respirar, los equipos que vuelven a confiar en el dato y los clientes que vuelven a controlar su operativa logística día a día.

Ese es el ROI del RFID. El que no se vende en catálogos, pero sí se siente en el almacén.

En Xymbot, acompañamos esa transición desde un lugar muy simple hasta convertir cada lectura en un dato útil y cada dato en una decisión. Sin humo, sin promesas que no se cumplen, sin pilotos eternos. Solo tecnología aplicada, operativa real y resultados medibles.



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