‘Grab & Go’, el impacto de la tecnología RFID en el futuro de mini, super e hipermercados

Si hablamos de «Grab & Go», lo primero que nos viene a la mente es el comercial de Amazon, donde se combinan sus cuentas de usuarios con un sistema de visión artificial y sensores de peso que permiten detectar los productos que los clientes seleccionan sin necesidad de pasar por cajas tradicionales. Dicha tecnología está llamada a transformar radicalmente la experiencia de compra en mini, supermercados e hipermercados, impulsando innovaciones que están redefiniendo el concepto tradicional de tienda. Recientemente, durante un viaje a CES Las Vegas, apreciaba como muchos de estos sistemas ya se ponían a prueba en puntos estratégicos de la ciudad, así como en el aeropuerto Harry Reid International Airport.

Aviso a navegantes, en los últimos años me he dedicado al desarrollo de sistemas RFID para la trazabilidad de productos, bultos y palet, así que en este artículo barreré para casa. Mirando las áreas de «Grab & Go» durante una escala interminable en Las Vegas, me puse a estudiar la casuística de dichos sistemas de visión, los cuales requieren infraestructuras complejas, con múltiples cámaras y sensores de alta precisión, lo que implica inversiones significativas y pueden verse afectadas por condiciones ambientales como la iluminación o la disposición de los productos.

Otro experimento, que me vino rápidamente a la mente fue: ¿Qué pasa con los ángulos muertos? ¿Y si reemplazo un bote por otro con un peso similar? ¿Qué tan robusto puede ser realmente el sistema? O, más importante aún, ¿Cuánto debo invertir para garantizar su fiabilidad? Confieso que desistí de llevar a cabo mi experimento, ya que no quería pasar la noche detenido en Las Vegas explicando “… no se lo va a creer, oficial, pero realmente no estaba robando, sino validando mi hipótesis de negocio”.

Volviendo a los mini supermercados, supermercados e hipermercados, la incorporación de sistemas «Grab & Go» a gran escala plantea desafíos que bien podrían ser dignos de una película de terror. Imagina invertir en un arsenal de cámaras, servidores y sensores, solo para descubrir que estos sistemas de visión necesitan ser reentrenados casi a diario; es como tener un asistente digital que olvida lo que aprendió cada mañana. Además, la generalización de estas soluciones se vuelve una pesadilla logística: un ángulo muerto aquí, una iluminación defectuosa allá, y de repente el sistema empieza a identificar botes en lugar de botellas o a confundir un paquete con un producto distinto. Sin mencionar la inversión, a mayor escala el caos la inversión se dispara, dejando a muchos con la sensación de que, al final, los sistemas de visión en este sector tienen más cataratas e hipermetropía que nuestros abuelos.

Ahora bien, si hablamos de alternativas reales para los dueños de mini, supermercados e hipermercados, la tecnología RFID se presenta como el héroe inesperado de esta historia.

Ya he advertido antes cuales son mis colores, pero como experto puedo decir que, a diferencia de los sistemas de visión artificial, que requieren una infraestructura digna de un set de rodaje de Marvel, el RFID ofrece una solución ligera y escalable. Basta con unas etiquetas y unos lectores para tener acceso a la información en milésimas de segundo, sin preocuparse por ángulos muertos o iluminación descompuesta.

Imagina poder identificar productos, bultos y palets de forma casi instantánea, con una fiabilidad que haría palidecer a cualquier cámara de alta definición; todo esto, además, sin tener que desembolsar una fortuna en servidores y mantenimiento continuo. En resumen, mientras que los sistemas de visión parecen sufrir cataratas e hipermetropía en entornos caóticos, como un sábado de 3×2 en rebajas, el RFID se muestra como la alternativa brillante y ágil que garantiza precisión y eficiencia.

Las etiquetas RFID permiten la identificación y seguimiento de productos sin necesidad de línea de visión directa, posibilitando la lectura simultánea de múltiples artículos de forma rápida y precisa. Este avance facilita el proceso de pago al automatizar la detección de los productos seleccionados, reduciendo la dependencia de infraestructuras tecnológicas complejas y ofreciendo una solución adaptable a negocios de cualquier tamaño. La implementación de RFID no solo mejora la experiencia en tienda, sino que también revoluciona la forma en que se gestiona la cadena de suministro, ya que posibilita una trazabilidad en tiempo real de los productos desde su origen hasta el punto de venta. Este nivel de transparencia es crucial para optimizar la gestión de inventarios, minimizar pérdidas y asegurar que los productos estén disponibles en el momento y lugar precisos, lo que se traduce en una mayor satisfacción para el consumidor final.

En Xymbot hemos comprobado que la tecnología RFID no es solo una alternativa; es un verdadero catalizador del éxito. De la mano de nuestros clientes, hemos observado como estos han duplicado su operativa en tan solo tres años, sin necesidad de aumentar plantillas, demostrando que el RFID impulsa eficiencia y ahorros reales cuantificables a corto y medio plazo.  

Escrito por Dr. Gerardo Beruvides (CEO Xymbot)

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